El día 27 de febrero se conmemora el Día Mundial del Trasplante de Órganos.
Los órganos que suelen ser trasplantados, son aquellos indispensables para conservar el equilibrio del organismo en el ser humano. Entre ellos se encuentran el riñón, corazón, pulmón, hígado y páncreas. Asimismo, se realizan trasplantes de tejidos como médula ósea, hueso, válvulas cardíacas, córneas y piel.
Uno de los órganos que se trasplanta con más frecuencia, es el riñón.
El primer trasplante de riñón en México, fue realizado en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el 22 de octubre de 1963, una hazaña que encabezó el doctor Federico Ortiz Quezada y que marcó la pauta de la medicina institucional para consolidar los trasplantes de órganos.
¿Quién puede donar un riñón?
El donador debe ser una persona sana mayor de 18 o menor de 65 años que deberá someterse a una serie de estudios para determinar que su salud no corra ningún riesgo.
Se sugiere que sea:
- Un familiar (padres, abueloss, hermanos, hijos, esposo o esposa, concubinos, primos).
- Un amigo o conocido, siempre y cuando firme un documento ante un notario público donde se señale que su decisión es voluntaria y no existe un pago de por medio.
- Una persona previamente sana que haya fallecido por muerte encefálica y su familia, como un acto de solidaridad, decida donar sus órganos.
¿Cuáles son los beneficios del trasplante de riñón?
El riñón trasplantado hace las funciones que los riñones enfermos ya no pueden realizar; con ello, el paciente deja de depender de la diálisis, recupera su energía y mejora su salud, lo que le permite reintegrarse a su vida familiar y laboral.
¿Existen riesgos con el trasplante de riñón?
Cualquier procedimiento quirúrgico implica riesgos y el trasplante no es la excepción. Puede darse el caso de que el riñón trasplantado no funcione, por ejemplo, que haya un rechazo o la formación de un coágulo; el paciente trasplantado debe tomar medicamentos para evitar un rechazo y estos disminuyen las defensas del cuerpo, por lo que se deben tener cuidados para evitar infecciones. A pesar de ello, el paciente trasplantado tiene una expectativa de vida mayor que con el manejo en diálisis o hemodiálisis y las posibilidades de éxito son superiores a 90%.
Fuente: Instituto Mexicano del Seguro social